Cuentito

A continuación publico un cuento inédito de un escritor escondido detrás de un disfraz de ingeniero, un buen amigo y del cual me siento muy orgullosa de que me hubiese permitido publicar su cuento en mi blog.



Y así aconteció, que un día sin razón alguna la princesita escribió en un papel un simple "hola" y lo libero al mundo sin dirección atado a la pata de una paloma, la respuesta fue tan sencilla como la invitación al viento echada y pues fue así que su saludo regresó a ella "HOLA" anunciando algo que nunca ninguno de los escribientes presintiera, que desde ese día un lazo invisible los unía y duraría mucho más que cinco primaveras…

"A veces siento que es real solo lo que escribo para que leas, y que acaricias tu mi piel cuando sonríes de esa manera al leer lo que mi corazón enamorado dibuja para tus manos" ella tembló y abrazó la nota, como cada vez que él le escribía, mientras la traviesa paloma casi incrédula la veía, un suave arrullo se escapaba de la garganta para la dulce princesita que lucía tan enamorada, -"paloma duce testigo, de esto que sólo es una fantasía" – le dijo ella –"ve y lleva la respuesta, ve rauda y no pierdas el camino". Y entre sus patas ató cuidadosamente el recado que decía quien sabe qué, pues todo era dulzura en esos días.

Danzaba la princesa su corazón con cada nota se encendía, paloma lo veía, desde la cornisa donde vivía, por las noches de tormenta, paloma fiel le arrullaba con un canto leve y tierno, era lo que mejor se le daba, la princesita callada la miraba, y pensaba en el amor que en sus alas viajaba, a veces le escribía cartas que jamás le enviaría porque sus débiles patitas el peso no resistirían, el amor así creció volando en alas de paloma que tocaba el corazón.

Soñaban se los dos con el momento dulce del encuentro que para ambos sería eterno, y paloma revoloteó surcando el cielo entre nubes de color de atardecer, mientras tonos carmín y celeste se tornaban gris y negro oscuro paloma sabia de la importancia de su mensaje y no desistiría hasta llegar a su destino nido de papel y sueños… seguridad, amor, pasión, calor, todo eso para paloma existía y soñaba con eso en ese viaje mientras la tormenta le mojaba y castigaba su osadía de volar, en un mundo que solo de arrastrarse entendía… la oscuridad se cortaba con amenazantes rayos, truenos que le ensordecían cual gritos de gigantes que le repetían "este último viaje no tocaras destino, CAE, ya de una vez déjate morir no sigas tu camino, en este viaje no llegaras a tu destino", paloma solo enmudeció y elevándose más su corazón tembló y se dijo para si "que me importa si al final me gusta el frio"… sí, sentía temor, su cuerpito frágil se caía de dolor pero en la escuela nunca aprendió lo que era "rendición", no por valor, sino simplemente porque así era de corazón. El peso de las aguas sobre sus alas pronto le hundirían en un mar de desolación y recordó como cuando revoloteaba alrededor de la princesita que escribía y que le ataba la patita con amor, mientras arrullaba con su voz, una voz que la princesa nunca supo comprender. Pero el mensaje es importante, debe llegar en un instante, debe seguir viviendo en sueños para que estos se vuelvan realidad y sin perder el norte se dispuso a continuar el volar. Casi no veía, la cabeza hacia un lado se le hacía, la mirada se confundía, y las alas le temblaban, se le llenaba el corazón de gran temor mientras caía… giraba en espiral no sabía dónde quedaba el cielo o el suelo ni a donde se dirigía, mientras gotas frías parecían empujarle sin piedad y el viento susurraba ya caíste déjalo no te levantes más, el primer golpe pareció fatal desgarró plumas piel carne y corazón, el suelo no le trato mejor, el lodo un poco le alivio, y fuerte intentaba sostener la respiración, dio una vuelta en su dolor, y suspirando lento se levanto, con sus pocas fuerzas se sacudió, estaba cerca de un hueco en un árbol conocido, descansaría antes de continuar, se lo había ganado ya estaba por llegar, no se sabe cómo, pero pudo trepar, había en ese nido un aroma familiar, colchón de cartas fue su refugio, de tinta vieja de casi un lustro su perfume consolador se desato el dulce mensaje de una cita que sabia no se cumpliría, y como siempre del corazón, con toda el alma le escribió, le dijo "dulce princesita, te amo tanto más de lo crees, mi sueño es darte todo de mi, y que en mis alas puedas volar, te haría vivir un cuento celestial, ver tu sonrisa es mi paraíso particular y nunca te lo podre pagar, dibuja en las nubes senderos de pasión y con mis alas te hare volar". Sin decir adiós, el mensaje en la pata se enredo respiró y voló, nuevamente tormenta se ofendió al verle partir y amainó porque al final ya se sabía vencedor el vuelo no llegaría a su fin, últimas gotas desprendió, suficientes para el mensaje así dañar… paloma herida a la ventana se posó y canto, apenas fuerte se le escuchó mientras su cuerpo desplomaba contra el cristal de la ventana, la princesa le abrió, con sus manitos tibias le levantó, una leve caricia le regaló mientras el mensaje desató, y la puso en un rincón lo importante era la carta de su amor. Princesita preciosa brillaba mientras sostenía un trozo de papel, princesita preciosa cantaba mientras soñaba con el amanecer, y los ojos de paloma cerraban con gran dicha en el corazón pues siempre existiría huella de su amor nunca más llegaría otra carta, culpable seria el pájaro que nunca compartió la dirección, pero el amor eterno quedaría así, aquí en el corazón donde no conocería tormentas, frio, llanto, simplemente no conocería dolor ni edad, y solo será tibio beso de verano que nunca llegará.

La luz se desvanecía, en sus pupilas solo quería retener a su princesita sonriente y cantando de amor, sabía que le olvidaría, pero sabía que le recordaría alguna vez y eso era suficiente para ser feliz. Un corazón pequeño pero muy fuerte esa noche dejo de latir, sería enviado a algún lugar, y como quiso ni una lagrima por el se derramo. La princesita se preocupó cuando de mil palomas ni una regreso, con la respuesta de su amor, y por el reino mando a buscar algo que nunca se podría volver a encontrar…

De vez en cuando miraba el rincón donde paloma finalmente se poso, algo sentía en el corazón, que no sabía explicar, pero princesita nació para ganar, y así fue que siempre encontró felicidad, alguna lagrima conoció, pero al final siempre la luz brotó, y con el tiempo quizás pueda volar, con alas de bello cristal, que pintaran el horizonte de luz y amor, y el recuerdo solo será el de alguien que existió, y ella pensó es que estará bien, quizás por eso nunca más me buscó, que sea feliz como lo soy yo, algunos amores no son para vivir, sino para soñar.


Un cuento de Carlos Herman.

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