Coraline dirigida por Henry Selick

Una película que a mi parecer y a diferencia de los argumentos en su contra descritos por red papas durante la discusión que teníamos en el grupo focal sobre cine e infancia, habla de la relación conflictiva de dos generaciones -padres e hijos-, los papas se encuentran inmersos en sus propias preocupaciones, aislados de las de sus hijos, crean una línea infranqueable que hace que los chicos no confíen en sus padres y se desdibuje esa relación del paso de los conocimientos de padres a hijos, a través de la tradición oral. Al final del film el esperado final feliz, los padres no se han dado cuenta de la travesía de su pequeña y el mundo para Coraline se vuelve más amable.
Coraline tiene un tinte de moraleja, que no le viene mal ni siquiera al que cree haberlo visto todo y reconocer lobos disfrazados de ovejas: “No dejarse llevar por las apariencias de algo que aparentemente parece más dulce y más amable”, las apariencias engañan y qué difícil es cuando cae la piel de oveja y se descubre al lobo que hay detrás cuando ya ha engañado a todo el rebaño.