Vuelos nocturnos de Philip Reeve ilustrado por Ian Mcque

Este título es una novela juvenil hace parte de la saga Máquinas Mortales, narra las aventuras de Anna Fang en un mundo postapocaliptico en la que las ciudades móviles se devoran unas a otras. Anna es víctima de este mundo basado en el darwinismo, siendo una niña es engullida por Arkangel y convertida en esclava, por un golpe de suerte cambia su destino, cuando Stilton, hijo del dueño de industrias Kael, la recluta como su ayudante personal para construir una aeronave, ella logra hacerse a su confianza y escapa con la nave construida con piezas robadas. Posteiormente se convierte en una espía de la Liga Antitracción, que busca sabotear este orden mundial despiadado. Como espía conocerá diferentes personajes como los policías londinenses, extrañas criaturas como los stalker y amables sultanas traidoras.

La narración a mi juicio está derivada de la estética de los superhéroes lo cual la hace envolvente, sin embargo, puede parecer una historia viejuna, los personajes no reflejan sorpresas ni giros, su crecimiento es predecible. Ana es un personaje inspirado en la clásica justiciera que tiene un motivo derivado de una tragedia durante su infancia, intenta hacer un giro al personaje mostrándola más compasiva hacia el final de la narración, pero como su agencia es volcada hacia la acción del personaje, se convierte en un personaje marioneta carente de vida propia, muy apegado a los estereotipos de mujer asiática de corazón frío.

Así mismo desperdicia el potencial del mundo postapocaliptico, deja de pintar con palabras ese mundo y mantiene descripciones sucintas, con muy pocas pinceladas. Es el ilustrador el que logra darle una vida a este mundo y retratar el universo de estas ciudades en este entorno steampunk, brindándole una atmósfera.

Finalmente, el acierto de está novela es el planteamiento del mundo, la idea central a través de la cual gira la historia, una metáfora sobre el capitalismo: las ciudades mecanizadas que se devoran unas a otras para sobrevivir.