Volver a casa de Yaa Gyasi

 

 Gyasi juega a narrarnos una saga familiar atravesada por el drama histórico, una familia dividida por las guerras tribales y la esclavitud, dos hermanas separadas que como se lee en los primeros capítulos: “son como una mujer y su reflejo, condenadas a vivir en los lados opuestos de un mismo estanque”(P. 58). El relato nos transporta a través de las guerras entre los fante y los asante en Ghana, el comercio de esclavos, el viaje de los esclavos a Estados Unidos, las plantaciones de algodón, los intereses geopolíticos de la corona británica en Africa, el auge del cacao en Ghana, la guerra de Secesión, los trabajos forzados en las minas, ls primeras comunidades libres en América, el gospel, las leyes segregacionistas, la heroína y la búsqueda por las raíces identitarias. 


Diferentes elementos confluyen, los más relevantes son las subalternidades raciales y de género. Sin embargo, la lectura de la novela es rica, nos propone un ejercicio de leer los contextos desde una mirada plurifactorial, redes de relaciones de poder en las que se somete al débil, evidenciando el propio papel que cumplen las tribus en el llamado comercio triangular, negando una visión simplista y victimista de un suceso tan complejo como la esclavitud, donde se vacía un continente para llevarlo de mano de obra a otro. Así mismo, en cuanto a las evidentes relaciones patriarcales que atraviesan las relaciones en ambos lados del Atlantico, en las que las mujeres se convierten en moneda de cambio, también, se representan personajes femeninos que resisten al dominio y se muestran dueñas de su cuerpo y de su destino, revelando la complejidad de los vínculos humanos y las diferentes tácticas para resistir al dominio.

El tema de las subalternidades nos lleva a mencionar, los encuentros y desencuentros religiosos, una colonización cultural sobre la gente negra que llevo a la obligatoriedad de la adopción de del protestantismo, una religión extraña, en la que se presenta un Dios hambriento de fieles, y que desconoce cualquier otro camino espiritual, pero que mantiene una relación ambigua, por un lado, sataniza todo lo africano, pero por otro, se muestra clemente y protector con el desvalido, en el caso de las misiones que atraviesan el territorio africano. Sin embargo, en America se convierte en un refugio la iglesia y el gospel, el canto religioso trasciende una dimensión musical que le brinda el espíritu negro a la religiosidad transformándose en una resistencia cultural.



En el relato cobra importancia la búsqueda identitaria: escarbar los orígenes. Los personajes hacen un periplo para hallar su raíz y con ello su propio destino. La esclavitud de Esi y el olvido de sus orígenes, simbolizado en la perdida del collar que le había regalado su madre, por lo cual su descendencia crecerá desconociendo sus ancestros y su linaje, que se desconecta del territorio y que en principio solo buscan sobrevivir al desastre. Por otro lado, el matrimonio de Effia con el tratante de esclavos lleva a sus descendientes a tratar de buscar su propio destino huyendo de un legado familiar que los avergüenza, este camino los llevara a olvidar también su linaje. Entonces, los personajes intentaran hacer su propio camino, sin embargo, para lograrlo es necesario el reencuentro con su linaje, los ancestros, y la historia remarcará la necesidad de los personajes de reconciliarse con el pasado.



Todas estos elementos nos permiten reconstruir esa búsqueda identitaria a través de lo histórico y que es un acierto en la novela, sin embargo, el final es decepcionante. La autora se encuentra con la dificultad de cerrar una saga con una construcción capitular en la que cada personaje tiene un arco narrativo propio, el final esperado por los lectores y que anticipa en el titulo “Volver a casa” es el reencuentro de las dos ramas de la familia, pero la expectativa era cómo lograrlo, porque son dos familias separadas que desconocen la otra rama. Para ello utiliza el recurso deus ex machina, de repente Marcus y Marjorie los descendientes de las hermanas se encuentran en un espacio y tiempo juntos sin ninguna explicación en una reunión social. La autora ha intentado construir este encuentro insertando un recurso mágico, los sueños, como herramienta para conocer el pasado, la abuela de Marjorie, logra reconstruir la historia familiar a través de los sueños reveladores que le comenta a su nieta, la historia que hasta ese punto se muestra de corte realista, donde no hay presencia de lo mágico, entonces, aparece como una solución para anticipar el cierre.



Hay otro elemento que parece ser tocado de manera somera: La descolonización de Ghana y la lucha por los derechos civiles y el fin de la segregación en America y que a nuestro juicio podrían ser elementos que nos ayuden a comprender mejor a los personajes de Marcus y Marjorie. Estos dos personajes parecen ajenos a la historia, dos académicos en un mundo moderno que intentan reconstruir su pasado familiar, se siente un salto enorme en la narración, porque llevamos casi 300 paginas asistiendo a las desventuras de la esclavitud y la posterior segregación, andando en aldeas perdidas en Ghana entre gente sencilla y al final aparecen Marcus y Marjorie quienes logran estudios superiores con un interés en esa reconstrucción histórica, desde la academia. Incluso es forzado su encuentro, cuando la autora lleva a la familia de Marjorie a Estados Unidos, no es muy claro los motivos del viaje, pero allá logra el cierre reencontrando por casualidad a los dos descendientes que incluso al cierre siguen desconociendo su vinculo familiar.


Así pues la novela deja un sabor agridulce, grandes aciertos en la construcción de la historia pero un gran desacierto en la construcción del final.


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