Señales de Cienpiés- Una aventura para Mausritter- Parte 3

 ESTANQUE: Castillo Montasiervos 



Lejos de las arenas del desierto, en el Estanque, el Duque Feta Montasiervos respira en el aire un cambio en los vientos, un presentimiento de un cambio en su destino le recorre los bigotes, en su mano una carta sellada por el mismisimo Saturnino IV está apunto de abrir. 


Mientras tanto, en los aposentos del castillo Dama Clarissa ha recibido una misiva:


"Cambios se avecinan en tu casa, Cuídate Dama Clarissa.  La Madre”


Dama Clarissa, concubina del Duque y perteneciente  al Aquelarre de los cuervos, una hermandad de ratonas que manejan ciertas artes, artes ocultas para la mayoria de los ratones. Corrobora lo que ha estado viendo en el tárot desde hace unos días: la carta de la rueda de la fortuna.


Dama Clarissa hace su entrada en la habitación. Su pelaje cuidado y su cola anudada revelan su conexión con el Aquelarre y su posición en la Casa Montasiervos.  Sin necesidad de palabras, el contacto visual entre ellos transmite la inquietud y la intriga que les embarga. Dama Clarissa se acerca al Duque con cautela, sabiendo que los presagios que le han llegado no deben ser tomados a la ligera. Susurra con suavidad: "Mi señor, algo grande se avecina para nuestra casa, algo que podría alterar el curso de nuestros destinos”.


El duque  El Duque Feta, intrigado por las palabras de Dama Clarissa, abre la carta que aún tenía en sus manos:



Saludos, noble Duque Feta Montasiervos, amo del Estanque y protector de los bigotes


 En virtud de mi autoridad como Rey Saturnino IV, regente del Reino de Mauss, guardián del queso y señor de vuestra ratonidad.  Movido por la necesidad de preservar el equilibrio y la armonía en nuestro amado reino, me dirijo a vuestra merced con una petición de suma importancia. Le encomiendo una tarea peculiar.  Una tarea que solo un audaz y astuto roedor como vuestra merced puede llevar a cabo. Es mi voluntad y decreto que tome posesión de un nuevo feudo, el despiadado y desafiante desierto de Mauss, ese lugar inhóspito donde el calor derrite el queso y las dunas se burlan de los ratones.

Este vasto y desolado territorio se encuentra en poder del Barón Gallipierno Dientetorcido y su Casa. Su gobierno injusto y sus prácticas cuestionables han sembrado la desconfianza y la discordia en nuestras tierras.

Confío en vuestra sagacidad y valentía para enfrentar este desafío. 

Ejecútese y cúmplase mi voluntad.


Saturnino IV

Señor del Reino de Mauss


El Duque y Dama Clarissa frotan sus narices  con cariño. Entretanto, los bigotes de la Señora se crispan, ha percibido la presencia de alguien más en los aposentos, agudiza su olfato.


Dama Clarissa: “Mi señor, unas orejas indiscretas nos escuchan.”

Duque Feta (enojado): ¡Roedor impertinente! ¡Preséntate ante vuestro Señor!!


Pregunta dirección de juego: ¿Dónde se encuentra escondido nuestro curioso y fiel sirviente roedor? 

R:/____________________


El duque con el ceño fruncido espera a que se presente su fiel criado 


Pregunta de dirección: ¿Qué hace __________?


Opción A (si se acerca al Duque) El criado _________ con sus orejitas siempre atentas a cualquier información indiscreta, por su naturaleza dada el chismorreo se acerca. 


Pregunta de dirección: ¿Cómo luce el criado?

R:/

El duque  enojado por el momento de interrupción, observa a _______ con una mezcla de indignación y sospecha. Dama Clarissa observando atentamente a su amado Duque le toma de la patita. 


Dama Clarissa: “Mi señor, no alces tu mano contra este joven roedor. Yo más que nadie sé que grandes caminos se tejen y grandes responsabilidades llegaran a los más pequeños de la Casa Montasiervos.”


La tensión en la habitación se alivia ligeramente cuando Dama Clarissa alza una mirada tranquilizada al pequeño roedor para que se dirija la Señor de la Casa Montasiervos, Feta. Mientras el Duque cierra el puño de su patita, en señal de impaciencia y enojo, pero dispuesto a escuchar lo que el criado tiene que decir.


CriadoR:/____________________


El Duque sopesando cuidadosamente las palabras del criado y las de su Señora responde con firmeza:


Duque Feta: “ Mi fiel sirviente, tú serás mi ojo y mi orejeen las arenas. Confío en tu habilidad para escuchar tras las dunas. ¡Prepárate para una misión! Pero ¡Silencio! No deberas decir una palabra a nadie hasta que llegue el momento” 


El Duque, le indica que se retire. Mientras el criado se aleja, el Duque y Dama Clarissa continúan su conversación a solas.

 

Opción B (si no se acerca al Duque): 


Dama Clarissa huele la habitación hasta descubrir el escondite del sirviente, apenas lo descubre, lo saca de la oreja y lo presenta ante el Señor de la Casa Montasiervos.


Dama Clarissa: “Mi señor, estas orejas impertinentes andaban rondando los aposentos.”

Duque Feta: “¡Soldados! Apresadlo!”

 

Entran los soldados a la habitación al escuchar la orden del Duque toman al ratoncito de las cuatro patitas


Pregunta del director: ¿Qué hace el sirviente?


Dama Jessica, lee en las acciones del ratoncito ingenuidad y rápidamente saca de entre sus vestiduras su tarot, se concentra, baraja las cartas, al sacar una de ellas se presenta el fantasma de la Sota de Copas: Un ratoncito paje soteniendo una copa entre sus patitas. En la sala todos se impresionan por la aparición de este paje fantasmal. Seguido de está imagen hace aparición la carta de El ermitaño, un viejo ratón con un bastón que señalan al sirviente. Con las figuras aún flotando sobre la estancia.


Tirada de suerte vamos a ver si es posible salir de esta situación: ( 1d6)


3/4/5/6:  El sirviente, asustado y confundido, intenta liberarse de la agarre de los soldados, pero su esfuerzo es en vano. Sin embargo, mientras es llevado hacia la salida, sus ojitos brillan con una mezcla de miedo y determinación. En una casualidad del destino de su bolsillo cae al suelo una pequeña nota. Dama Jessica, con su aguda intuición, percibe que algo importante acaba de ocurrir. Se inclina para recoger la nota del suelo y la lee rápidamente. Sus ojos se iluminan un mensaje cifrado que revela la ubicación de los robasemillas, los contrabandistas de semilla. Los soldados, sin darse cuenta del mensaje, continúan arrastrando al sirviente fuera de la habitación.

 

Usando su poder, Dama Clarissa: “¡Esperad! Mi señor, este roedor es jovén aun inexperto, pero tiene potencial. 


El Duque Feta, intrigado por las palabras de Dama Jessica, se acerca para escuchar la revelación. Su ceño fruncido se relaja gradualmente, y una chispa de esperanza brilla en sus ojos. "Entonces, este joven roedor podría ser más valioso de lo que inicialmente pensamos", dice en voz baja.

Dama Clarissa asiente con determinación. "Debemos asegurarnos de mantenerlo protegido. Si logramos que los robasemillas se unan a nosotros, podríamos cambiar el destino de nuestra casa y del Reino de Mauss."

El Duque Feta asiente, y con un gesto de la pata, ordena a sus soldados soltarlo.


1/2 El sirviente, asustado y confundido, intenta liberarse de la agarre de los soldados, pero su esfuerzo es en vano. Sin embargo, mientras es llevado hacia la salida, sus ojitos brillan con una mezcla de miedo.


Dama Jessica: “Mi señor, debes mantenerlo oculto a la mirada del sol y a la de sus congéneres.”


Duque Feta: ¡A los calabozos!


Los soldados se retiran con el pequeño agarrado de patas y manos, saliendo de la habitación.


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