Delirio de Laura Restrepo


Una novela que nos acerca a una realidad escindida en la que descubrimos la red de mentiras que constituyen el mito fundacional de una familia, en su construcción la novela nos presenta una protagonista enajenada por un suceso que desconocemos los lectores y su marido Aguilar, junto a él emprendemos una búsqueda de pistas que nos permitan reconstruir el evento que llevo a Agustina, la protagonista, a la locura.  Formalmente las voces que construyen la narrativa nos permiten evidenciar esa realidad rota que reconstruimos a través de capas de cebolla textuales que descubren una realidad cada vez más oscura que se ha pretendido ocultar, y que Agustina con su delirio es el síntoma que revela la profunda enfermedad, en una clase social en la que como escuchamos en la voz de Aguilar:

“Es cosa más que sabida que entre esa gente y la mía se levanta una muralla de desprecio, dice Aguilar; pero lo extraño, lo verdaderamente intrigante es que la clase a la que pertenece Agustina no solo excluye a las otras clases sino que además se purga a sí misma, se va deshaciendo de una parte de sus propios integrantes, aquellos que por razones sutiles no acaban de cumplir con los requisitos…” (P. 30)


Esa situación de purga constante marca la necesidad de guardar las apariencias, de evadir la realidad en una red de mentiras que tejen la locura, allí “las verdades llanas van quedando atrapadas en ese almíbar de ambigüedades que todo lo adecua y lo civiliza hasta desojarlo de sustancia, o hasta producir convenientes revisiones históricas y mentiras grandes como montañas que el consenso entre ellos va transformando en auténticas”. Esta revelación del Midas se correlaciona con la realidad de un país en el que se ha tejido una historia basada en una ficción contada por las clases que sostienen el poder, por ello la llegada al poder de personas que están fuera del circulo del poder tradicional pone en riesgo incluso la memoria que se ha basado en la ficción que han contado para sustentar la violencia con la que se ha despojado a otros.


En este mundo distorsionado la sexualidad se vuelve retorcida y marcada por la violencia, en el caso de personajes como el Bichi, como Ilse o como la empleada embarazada, se violenta a estos personajes fuera de la normativa heterosexual o patriarcal, donde otras orientaciones son censuradas o el placer femenino o conductas que puedan evidenciar la sexualidad de manera pública, así como lo expone la Tía Sofi “Eugenia fue implacable, talves también en esa ocasión le salió de adentro esa especie de horror por la sexualidad de los demás que siempre ha cargado su vida, que lo mejor también es horror por la sexualidad propia, no seria de extrañar, pero lo primero, esa compulsión a censurar y reglamentar la vida sexual de los otros fue una actitud que compartió con Carlos Vicente, en esa inclinación sombría se encontraban los dos, ahí coincidían ahí eran cómplices y ese era el pilar de la autoridad tanto del uno como del otro, algo así como la columna vertebral de la dignidad de la familia, como si por aprendizaje hereditario supieran que adquiere el mando quien logra controlar la sexualidad del resto de la tribu…”


Está forma de poder sobre otros termina detonando distorsiones en la sexualidad, donde hay ciertas perversiones o sexualidades que rayan en el límite, como la necesidad de Agustina de atención de su padre explorando su sexualidad con otros hombres, buscando el celo del padre, o la relación de triangulo entre Blanca-Farax- Portilinus, o los rituales entre Agustina y el Bichi con el componente de la sexualidad, o la relación de la Tía Sofi y Carlos Vicente donde ella asume el rol de mujer de Carlos Vicente, usurpando el rol de la hermana.  Sin embargo, esa moral pacata se desdibuja con el poder del dinero como expone el Midas al mencionar como la familia mantiene el vinculo con él a pesar de comportarse mal con Agustina.


Como telón de fondo Restrepo pinta la violencia que impone Pablo Escobar con el terror de las bombas y la reacción entre ese mundo aparente de “gente de bien” que se lucra en la corrupción pero mantiene su imagen de apariencia. Escobar y el Midas son personajes que intentan entrar a una clase social que les es vedada y que solo a través del poder del dinero intentan colarse. 


La sucesión de voces de los personajes llegan al punto de generar una creciente tensión un climax en el que la crisis de Agustina se agudiza acompañada del descubrimiento que marcaron la familia:

  • La oculta homosexualidad del abuelo y la relación triangular que se infiere entre Blanca- Farax- Portulinus.
  • El suicidio del abuelo que se evade con la declaración de su abandono.
  • El desenmascaramiento de la relación entre la Tía Sofi y Carlos Vicente y sobre la que a pesar de las evidencias se finge y se solapa la realidad con un encubrimiento entre Eugenia y Joaco que sella su alianza.
  • La muerte de una mujer en el gimnasio por cuenta del deseo de demostrar virilidad mediante el uso de la tortura, que destapa la corrupción en el circulo que rodea a Joaco.


Con el efecto de la bomba de Escobar se destapan las verdad en una sensación vertiginosa en la que ni siquiera se escapa Aguilar, el marido de Agustina que lleva el anillo de matrimonio con una mujer, pero es marido de otra. Un retrato de una sociedad marcada por el clasismo, el arribismo y la violencia.

Comentarios

pepito perez ha dicho que…
Excelente reseña!...al leerla no solo dan ganas de leer el libro, sobre todo para aquellos que dejamos pasar libros como este sin leer...Obras que nos muestran un espejo de nuestra realidad y que la diseccionan a tal punto que no puedes escapar a la natural meditación sobre tus propios antepasados y presentes...Debo decir que la reseña va más allá de la simple descripción del tema y nos analiza, casi a manera de introducción, la obra de Laura Restrepo...La sensación del alma femenina, el alma de mujer y el análisis de otra mujer...Gracias por tanto y perdón por tan poco, deberíamos decir los hombres de este país...

Victor Vega...