Estancia Pirata- Una nueva aventura para Mausrritter- Parte1
A la muerte de Lord Chaparrete en su Castillo rodeado por el Rio Blanco, el notario llama a sus dolientes, nuestros ratones aventureros, para abrir el testamento, los aventureros reciben cada uno una parte de un mapa de un tesoro, junto con media docena de manuales de piratería, solo una última voluntad: llevar las cenizas del cuerpo de Chaparrete en un baúl que abrirían en el destino final para esparcirlas como último destino de Lord Chaparrete. ¿Qué aventuras depara el destino a los ratones ahora piratas?
El último de una dinastia
Tras las nubes sobre un acantilado se alza un castillo, rodeado de las aguas de Rio Blanco que desembocan en el Mar de los Sargasoz, construido por cuatro generaciones de Chaparretes, una dinastía roedora, el castillo albergo a Ladys y Lores, famoso por su baile de máscaras durante el verano y punto neurálgico del comercio por su puerto.
Durante su apogeo las grandes familias del Reino de Mauss se pavoneaban por las estacias del castillo.
Sin embargo, las disputas con el Principe Rana, por la Fortaleza oculta genero un conflicto en el que se envolvió todo el Reino de Mauss. Chaparrete V, padre de nuestro Chaparrete, un ambicioso caballero, entró a la guerra, intentando adquirir nuevos territorios en el conflicto, con él arrastró a muchos de sus siervos, muertos a manos de las fuerzas del Principe Rana. También, las ambiciones de Chaparrete V fueron cegadas por la muerte, sus ultimas palabras fueron “Venced o Morid” dejando a Lady Floripondia y a nuestro pequeño Chaparrete solos, en medio de la ruina económica. Lady Floripondia, criada como una ratona noble se vio en la necesidad de instalar una vulgar posada para comerciantes viajeros en las tierras del castillo.
El pequeño Chaparrete un escuálido y enfermizo ratoncito, muy mimado por Lady Floripondia se escapaba en las noches a escuchar las historias de los viajeros, historias fascinantes sobre tierras lejanas, lugares exóticos, criaturas marinas gigantes que surcaban el mar de los Sasgasoz, islas que aparecían y desaparecían frente a los ojos de los navegantes y… tesoros.
Con los años el pequeño se convirtió en el Señor del Castillo: Lord Chaparrete, el VI de la dinastía, ávido lector y flojo para las lides de la caballería. Su enfermedad parecía incurable así que cuando llegó la noticia de su muerte, nadie se sorprendió.
Lord Chaparrete dejo este mundo sin una descendencia, al menos una que cumpliera con la Ley de la varonía, que se imponía para suceder a tan noble caballero.
Las honras fúnebres se celebraron en una tarde lluviosa de otoño, con las hojas cambiando de color y cayendo por la fuerza de los vientos, una docena de ratoncitos sirvientes organizan una gran comilona por deseos de Lord Chaparrete en vida, engalanan el castillo intentando recuperar las glorias del pasado, 3 ratonas plañideras muy bien pagadas lloran por el difunto y el sacerdote de la capilla del castillo, el Padre Aceituno, en homenaje al fallecido lo honra con un lisonjero discurso:
Padre Aceituno: La muerte a encontrado a nuestro Señor Lord Chaparrete, el último de una noble dinastía. Un caballero joven sin mácula alguna. Brillante en los conocimientos de las estrellas y hábil en lenguas secretas condujo los pocos bienes que heredo de su padre con mesura. Lamentablemente su salud no fue una virtud con la que el Señor de Mauss lo premiara y la muerte lo ha alcanzado en la flor de su juventud. El Señor de Mauss reciba su alma roedora en el cielo para comer queso por la eternidad.
El padre bendice el cuerpo de Lord Chaparrete, que se encuentra en un ataúd, con la piel azul, los bigotes tiesos y los párpados morados, yace el cuerpecito.
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