El Mesías de Dune de Frank Herbert

En esta segunda parte de la saga de Herbert Paul Atreides es el Emperador, el dueño de mundos, luego de haber derrotado al Emperador Shaddam IV venciendo a sus tropas sardukar y habiendo tomado como esposa a su hija, la Princesa Irulan. 12 Años han pasado de estos acontecimientos y el universo se estremece con la Jihad que se ha producido con la llegada de Paul y que tanto había querido evitar. Dune ha acelerado su transformación y ya florece con plantaciones y ciudadelas imponentes convirtiéndose en el centro de peregrinación, Paul ha implantado una teocracia basada en sus poderes y los de Alia; sus enemigos La bene Gesserite y la Cofradía han unido sus fuerzas junto con la Princesa Irulan ( la consorte despreciada por Paul) aparecen nuevos conspiradores: los propios Fremen quienes extrañan sus viejas costumbres y la Bene Theilaxu, una organización con misteriosos propósitos dedicada a la ingeniería genética.
En este escenario hay conspiraciones dentro de conspiraciones. Irulan ha evitado el nacimiento de un heredero suministrando contraceptivos a Chani, la concubina real; los Fremen le ha entregado conocimientos a los conspiradores sobre el misterio de los gusanos y la melange permitiéndoles atrapar uno para llevarlo a otro mundo e iniciar el ciclo de producción; la Cofradía le entrega un regalo a Paul, la recreación de Duncan Idaho, un lugarteneiente atreides, en el cuerpo de un gola; la Bene Gesserite al ver la posible extinción de la línea genética Atreides planea un encuentro sexual entre Paul y Alia para preservarla; mientras la Bene Theilaux parece tejer todas las conspiraciones presentes mediante extraños personajes los Danzariines sin rostro, el gola de Idaho y Bijaz un enano, buscan atraparla Emperador manipulándolo a través del miedo a la perdida de Chani. Sin embargo, y a su manera el Emperador sale victorioso y se convierte en el mártir protegiendo su ascendencia y su legado.

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