Zoro de Jairo Anibal Niño

Zoro relata la historia de un niño indígena que luego del ataque de los hombres con armas de candela se pierde en medio de la huida de la aldea río abajo. El niño emprende un viaje para reencontrarse de nuevo con su familia, ayudado por su ave tente, se topa con el tigre de cristal que lo alienta a buscar la gente de su aldea. Durante la travesía es secuestrado por una banda de terratenientes mineros y en la esclavitud conoce al viejo Amadeo, con quien escapa con un diamante azul. Ayudado por las criaturas mágicas: el tigre de cristal, los hombrecillos diminutos, las criaturas de aire y el águila de hielo, logra volver a su hogar no sin antes enfrentarse a la banda de mineros que quiere de vuelta el diamante, los peligros del Bosque de animales y las aguas de los espejos. Finalmente se reencuentra con su familia quienes lo daban por muerto.

En un primer nivel superficial el Zoro mediante la narrativa fantástica, el simbolismo y las metáforas poéticas expone cuatro temáticas: el viaje iniciático, el estereotipo del nativo ecológico,  el cuestionamiento hacia la supremacía del hombre blanco y el empoderamiento del niño: en las dicotomías niño/anciano.


La historia del Zoro, es una trama sobre un niño de 12 años en un viaje, claramente es un viaje que lo lleva a convertirse en un adulto. En el viaje el niño debe desprenderse de sus padres y se ponen a prueba sus habilidades para vivir solo en la selva. 

Tiene dos antagonistas que simbolizan los cambios a los que el niño se ve enfrentado al crecer. Tenemos la banda de mineros esclavistas, que simbolizan la avaricia y la crueldad y los gigantes de alambre que le tienden una trampa al niño y al viejo mediante la vaca gigantesca que los cobija y les da leche, esto nos remite al peligro de no querer crecer y regresar al útero de la madre, que es una trampa. Ambos son sorteados por el Zoro mediante su ingenio, de la mina se escapa recolectando semillas del bosque oscuro, que al reventarse actúan como bombas de humo y de los gigantes se escapa ayudado por el ave tente que se pone de carnada frente al caimán que los vigilaba, mientras que el niño enreda una liana en el caimán que los empuja hasta la orilla, mientras que los libera de la prisión de la flor de metal.

Al mismo tiempo se encuentra con aliados, las criaturas mágicas, que le facilitan la empresa y no le permiten renunciar a su propósito: reencontrase con su familia. Aquí tenemos, al tigre de cristal que simboliza la sabiduría interior, quien conoce el destino final del héroe, y en la narración aparece en los dos puntos de giro de la historia, al inicio es quien le brinda la ubicación de su familia y hacia el final en el ultimo combate con la banda de mineros devora alienta al niño en la búsqueda y devora a algunos integrantes de la banda. Los hombrecillos diminutos y las criaturas del aire que proveen provisiones, objetos mágicos y la indumentaria, que les permite enfrentarse tanto a Amadeo como a Zoro a las inclemencias del tiempo y los peligros de la selva, son las herramientas con las que el adulto cuenta para enfrentarse a las vicisitudes de la vida. Por ultimo, el águila de hielo que simboliza todo lo que el niño debe sacrificar para convertirse en adulto.

Aquí el héroe, Zoro, hace gala de su ingenio, su valentía y la compasión por los seres vivos para enfrentarse a los peligros del entorno (el bosque de animales y las aguas de los espejos), que se traducen en pulsiones destructivas y pueden extraviar al niño en su tarea de convertirse en un adulto.

Finalmente, el niño se encuentra de nuevo en la aldea, escenificando el retorno del héroe, que vuelve convertido en un adulto.

Como telón de fondo de la narración tenemos el conflicto por tierras en el cual los indigenas de la aldea se ven sometidos al despojo por parte de los “hombres con armas de candela” y que los obliga a huir río abajo “buscando el país de la felicidad y la justicia”. Niño nos presenta una mirada ambivalente sobre los indigenas, por un lado propone el estereotipo del nativo ecológico, en donde define a los indigenas como parte de la naturaleza, alegando su cercanía y complicidad, un discurso colonialista que legitimó la explotación de esta población que era asumida como recurso; y por otra parte, focaliza la narración desde su perspectiva provocando la identificación de los lectores.

Al hablar desde la perspectiva del que ha sido considerado oprimido por los discursos eurocentricos, no solamente toca el tema de los despojos a los que son sometidos los indigenas, también habla de la deshumanización a la que son reducidos los negros, forzados al trabajo esclavo y la prohibición de usar la palabra. El autor cuestiona la supremacía del hombre blanco, personificados en la banda de mineros esclavistas, que son ridiculizados por su aspecto o su comportamiento. Tenemos al flaco que lo describe como un hombre de barba de oro con un ojo violeta y otro amarillo, y al gordo un personaje glotón y pusilánime.

Para subvertir el orden hegemónico establecido cierra empoderando al niño, que burla a los mineros esclavistas y siempre lleva el control de la aventura. En contraste su acompañante el anciano Amadeo, siempre se mostrara cobarde y dubitativo, mientras el niño hace gala de sus conocimientos sobre la selva.

En un nivel más profundo nos encontramos con referencias a otros textos literarios que se trenzan, estas son: El libro de la selva de Rudyard Kipling y Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol.

Niño toma el motivo del niño perdido en la selva de Kippling y lo refresca ambientado en un paisaje con elementos de la Sierra Nevada y la Amazonia colombiana, y se regodea en imágenes fantásticas y oníricas que compone con nuestra fauna (armadillos, osos hormigueros, titís, colibríes, mariposas) y le suma elementos foráneos como el tigre, que podríamos asimilar al jaguar, animal presente en muchas de las mitologías americanas, juxtaponiendo muchas de las criaturas para dar la apariencia de un mundo en el que la realidad y la fantasía se combinan como una sola. 

Ambos nos muestran una noción sobre el niño, en el caso de Mowgli, es un “salvaje” que necesita ser “civilizado” y la instrucción que provee Baloo busca introducirlo en la sociedad mostrándole su lugar y su deber ser. En el caso de Zoro, Niño nos muestra un personaje empoderado y activo que pone a prueba sus habilidades, el niño ejerce su accionar sobre las criaturas de la naturaleza sin la mediación de un adulto que le muestre cual debe ser su papel.

Al igual que en el Libro de la Selva, Niño utiliza el recurso de la antropomorfización para darle voz a las criaturas de la naturaleza, en el caso de Niño además a algunas criaturas les da forma humanoide inspirado en las leyendas de los espíritus de la naturaleza como gnomos, hadas y elementales, ejemplo tenemos en la descripción de las hormigas “hombrecillos diminutos” que lo invitan a la ciudad de los insectos que además tienen actividades humanas. Otro de los personajes es el tigre que puede ser asociado con la imagen del chaman en estados de trance, que ve a través de los ojos de otros animales.

La idea del chaman en trance que mira a través de los ojos de otros animales, acentúa el carácter onírico de la obra en ese mismo orden podemos citar otra referencia Alicia en el país de las maravillas, en donde el absurdo nos lleva a un mundo de extrañeza en el caso de Alicia perfectamente alineado y creíble encontramos una lógica interna que se produce en el universo de Alicia, por el contrario, Niño atiborra el relato de imágenes fantásticas a nuestro juicio muy seductoras, destacamos dos que brillaron por la combinación de elementos de la realidad con la fantasía: el bosque de animales “allí son los árboles los que se mueven de un lugar a otro y los animales han echado raíces, se han sembrado en la tierra y han crecido alargándose hacia el cielo.” (Niño ,1991) y las aguas de los espejos “es un río muy caprichoso -dijo Zoro. - Cambia de lecho de un momento a otro y hay que buscarlo a veces por largas horas para encontrar otra vez su cauce.” (Niño, 1991). A estas imágenes fantásticas se suman las situaciones inverosímiles que se tornan caprichosas, por ejemplo tenemos el final del flaco quien desaparece luego de subir a la canoa de oro y el gordo que se desinfla cuando se pincha con el pedazo de sol, lo que pierde a los lectores en el relato.

Otro de los temas que tocan tanto Carrol como Niño es la necesidad del niño de crecer y descubrir su identidad, tema que ya tocamos en Niño cuando mencionábamos la temática del viaje iniciatico. En el caso de Carrol no podemos evitar mencionar todas las situaciones en las que Alicia come y bebe para crecer y empequeñecerse, simbolizando su búsqueda por alcanzar su identidad y que se manifiesta explícitamente en el dialogo entre Alicia y la oruga:


“-¿Quién eres tú?- dijo la Oruga.
No era una forma demasiado alentadora de empezar una conversación. Alicia contestó un poco intimidada:
- Apenas sé, señora, lo que soy en este momento…Sí sé quién era al levantarme esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces.” (Carrol, 2005)

 Al igual que El país de Lilac, Zoro es un hijo de su época, publicado en1977 en medio de la transformación de la noción de infancia por la influencia de psicólogos como Piaget, el niño se transformo en un sujeto protagonista, libre e independiente, como reflejo tenemos la imagen del Zoro. 

Además podemos enmarcarlo dentro de un nuevo florecer de la literatura de los años 70 y 80 debido a: Los avances en la industria gráfica que permitió mayor versatilidad en el campo editorial. La necesidad de retener nuevos lectores que se veían atraídos por un medio que adquiría una mayor cobertura y cabida en los hogares colombianos, la televisión, para ello se desescolarizó la lectura y se crearon bibliotecas publicas con anaqueles especiales para el publico infantil. Los premios dirigidos a escritores de literatura infantil incentivaron la creación de un mayor numero de libros para kilos ( muestra de esas iniciativas es el Zoro ganador del premio Enka en 1977). Por último, la aparición de una generación de padres más preocupados por la educación de sus hijos incentivo a las editoriales a especializarse en el mercado editorial dirigido a los menores

Este aumento en la producción de literatura infantil también permitió la evolución de la mirada de los autores sobre la niñez, hasta entonces escribían con fines morales o didácticos, pasaron a buscar finalidades lúdicas y estéticas conservando la idealización de la infancia que “se evidencia en la creación de este tipo de personajes golpeados por las injusticias de la vida adulta, enfrentados a la maldad y la crueldad del mundo de los mayores y quienes la mayoría de las veces triunfan gracias a las fuerzas sobrenaturales de otro personaje o la magnificencia y bondad de la mano poderosa de sus creadores” (Robledo, 2007).

Finalmente, podemos decir que Jairo Aníbal Niño fue uno de los exponentes más representativos de la literatura para niños en el ámbito colombiano, un autor prolífico que como eje de creación utilizó la fantasía que lo conectó al mundo infantil y que recurrió a las metáforas poéticas como modo de narrar. Adornó sus relatos con imágenes visuales, sonoras y olfativas que estimulan la imaginación de los lectores con una experiencia sensorial del relato.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
En el cuento no ablan de ninguna canoa y en las preguntas si
samuel adres gonzalez gomez ha dicho que…
si la nonbran es ta al inisio