Un encuentro con la crítica y los libros para niños coordinado por María Fernanda Paz Castillo

Está colección de ensayos nos hace pensar en un tema aparentemente mal catalogado como simple, como lo es la literatura para niños. 

El tema adquiere una gran complejidad si partimos de la diferencia que existe entre niñez e infancia (tema que tratamos en la reseña del texto de Philippe Aries). De ahí podemos inferir que la literatura para niños al igual que la infancia es un invento de la modernidad, sin embargo, no queremos decir con ello que no existe, simplemente que es una construcción cultural.

La dificultad radica en definirla ya que su característica principal consiste en que es delimitada por adultos, adultos que la escriben, la publican, la critican, la promueven. Este grupo de adultos podemos diferenciarlo en dos categorías: los interesados en la literatura como tal y los que tiene un interés pedagógico.

Aquí es necesario aclarar que la literatura infantil nace en la medida que el niño se entiende como un ser humano diferente por sus características (atribuidas por nosotros los adultos): inocencia, capacidad de sorprenderse, imaginación, valentía, volatilidad, sumisión. Esta última característica lo hace objeto particularmente interesante para la pedagogía, porque es un sujeto sensible a ser moldeado a unos intereses particulares que pueden o no, ser compartidos por la sociedad ( tenemos a los niños que participan en los conflictos armados, instruidos específicamente para ese fin).

Ahora bien, este doble carácter de la literatura infantil la hace atractivamente compleja para muchas disciplinas (literatos, psicólogos, sociólogos, educadores) y no es posible discernir sobre que actitud privilegiar frente a la literatura infantil, la postura para unos se resume en la pregunta ¿ este libro tiene o no mérito literario? mientras para otros es ¿este libro es apropiado para niños?, estas preguntas obedecen a esa doble naturaleza.

En nuestra opinión particular ambas son relevantes tanto desde el punto de vista pedagógico como literario. El mérito literario no debería estar solamente valorado por la trama, los personajes o el estilo también deberían tenerse en cuenta juicios de carácter ideológico, histórico o incluso conceptual, estos tres últimos conceptos lo determinan el espíritu de la época y lo que se privilegie dependiendo de relaciones económicas, políticas y sociales de coyuntura; aquí entra a problematizar el hecho de que sea escrito para niños, privilegiar cualquier posición representa una posición ética frente al mundo, y por tanto, seria lo que deseamos que los niños reproduzcan en el futuro, de ahí que se entraría a discutirse la segunda pregunta ¿este libro es apropiado para niños?. Con ello queremos evidenciar que el problema no es si el niño es lo suficientemente perspicaz para entender un “tema de adultos”, sino ¿qué posición ética preferimos? y por ende, ¿cuál es la sociedad que nos interesa construir?. Al final lo que debemos preguntarnos es ¿este contenido construye una mejor sociedad?


Comentarios