Conversaciones: Escritos sobre la literatura y los niños de Aidan Chambers


En relación a las lecturas anteriores hablamos de la diferencia entre hablar de niñez e infancia, de ahí inferimos el papel y el objeto de una literatura para niños. Sin embargo, hemos hecho hincapié en ver todo el panorama desde la perspectiva de los adultos, y si bien tanto la infancia como la literatura para niños son construcciones culturales ¿Dónde están los niños?. Delimitar el papel que juegan los niños de carne y hueso, eso es lo que hace el texto de Chambers.

Aquí partimos de una afirmación: los niños son parte de la humanidad, pueden tener características atribuidas diferenciales, pero en ningún caso pertenecen a una subespecie de la especie humana. Siguiendo este razonamiento hay una acción que nos hace plenamente humanos, y esta es la acción de narrar, relatar es una experiencia profundamente humana, y es una experiencia que compartimos con los niños. Ahora bien, podemos decir que los relatos nos construyen, por ejemplo: relatos sobre la superioridad sobre la raza blanca sostuvieron un sistema como el Apartheid.

Bien, dicho esto, la literatura como una experiencia artística basada en el propio acto de narrar, es un proceso comunicativo en el que participa un autor y un lector. 

El autor que por lo general es un adulto, tiene la responsabilidad de mostrar una visión del mundo que construya una realidad más deseable, pero no desde el adoctrinamiento que proponían las cartillas de aprendizaje de lectura, que rezan: ¡Los bueyes son mansos! ¡ Aquí no hay rey!¡ La ley es soberana!, sino mostrando la posibilidad de re-crear un mundo más tolerante, incluyente, compasivo. Esta visión del mundo se expresa a través de una forma narrativa, y utiliza una serie de estrategias que como Chambers anota son diferentes en la forma como deben acercase a los niños, porque tienen la necesidad de una aproximación cercana, de un par, otro niños (una de las estrategias más exitosas en la literatura infantil).

Pero, como mencionamos Chambers hace énfasis en la literatura como acto comunicativo, por lo tanto el lector es la segunda parte del acto, y aquí entra en juego en papel de los niños, son ellos los lectores potenciales de la literatura infantil. Y si bien, pueden tener necesidades especificas a la hora de encarar un texto literario, no se puede desconocer que ellos tienen la facultad de inferir, analizar, contrastar, al igual que un adulto, y que es vital promover estas actitudes en los niños. Este finalmente es el lugar de los niños.


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