La cámara lúcida de Roland Barthes

Barthes se pregunta por la esencia de la fotografía, ¿que la diferencia de la pintura figurativa o del cine?, en palabras de Barthes ¿tiene un genio propio?

Al igual que otras artes cuyo sustrato es la imagen esta ligada al culto a los muertos, fundamentalmente a la búsqueda de un sustituto del muerto mediante la representación de su imagen, en el caso de la fotografía: un retrato que inmortaliza un instante y lo presenta tal cual es (su apariencia).

Como la experiencia de Barthes respecto a la fotografía esta ligada a ser el objeto fotografiado o el espectador más no el fotógrafo, busca analizar estas dos experiencias desde su mirada estructuralista mediante una serie de fotografías con las que entabla el dialogo ejemplificando sus apreciaciones.

Como objeto fotografiado menciona la experiencia del sujeto que se constituye en una pose, fabrica su imagen ante la cámara, buscando la apariencia que quiere tener ante los espectadores.

Como espectador  o sujeto que mira, Barthes da cuenta de la lo que en si misma tienen las fotografías para que sean o no atractivas; esa atracción esta dada por dos elementos que los denomina: studium y punctum. El primero esta soportado en la información que puede brindar la fotografía, el segundo es una punzada que perturba al primero y que muestra más allá de lo encuadrado en el retrato.


Así pues, la fotografía está en mayor medida ligada con su referente o modelo, al ser producida por la emanación de luz producida por este y ser captura por elementos fotosensibles, que permiten capturar la esencia del retratado, imprime su gesto en un instante, evitando la retinterpretación del pintor. En el caso del cine de ficción esa reinterpretación está producida por el actor y el director que reinterprentan la realidad, que la fotografía captura sin mediaciones. 

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