Otra manera de contar de John Berger y Jean Mohr
Son pocas las reflexiones sobre el ejercicio de la fotografía que no son un manual de técnicas, esa es la preocupación de los autores de este libro: Pensar la fotografía no solo como oficio, sino como como medio. Cuya característica principal es citar la apariencia al capturar la luz en un instante, produce una irrupción en el flujo temporal de la realidad. A diferencia de la pintura la fotografía solo contiene ese tiempo en el que la luz es capturada a través de la cámara, mientras que la pintura suma el tiempo en el cual el artista trabaja sobre el lienzo.
La fotografía nace inmersa en las preocupaciones positivistas y la necesidad de medir y pesar el universo, y al capturar un instante de tiempo de manera detallada, realista y precisa, por lo tanto, se convierte en el medio por excelencia para transmitir un testimonio de la realidad. Sin embargo, el medio en si mismo trae una paradoja: captura con detalle y minucia ese instante en el cual se obtura el disparador, pero al carecer del flujo temporal y sacar esa imagen de su contexto, se hace necesario que el espectador llene esta ausencia con su propia interpretación (plena de subjetividad).
Y mientras que en la esfera publica la fotografía es la evidencia en si misma, que puede ser manipulada; en la esfera intima el medio esta ligado a la memori ya que es testimonio de su experiencia subjetiva.
Al final se preguntara por ¿cuál es la forma narrativa propia de la fotografía?, al descartar el reportaje gráfico y la fotonovela, queda el uso de la serie fotográfica montada de acuerdo al montaje por atracción de Eisenstein, una forma narrativa aún por explorar.
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