Apartamentos un film de Diana M. Gamboa
4Tratamiento
El niño recibe el ratoncito con ansiedad. Durante las clases, Simón le había preparado al ratoncito un collar de lana roja y un medallón con forma de queso en cartulina de colores, y un parque de diversiones con cartulinas, tapas y cubetas.
Simón le coloca el collar al ratoncito, luego lo sube a un trampolín y lo empuja delicadamente, el ratoncito cae sobre una tapita y el niño lo impulsa para que gire como las tazas de los parque de diversiones, el ratoncito trata de salir de la tapa mareado, Simón lo retiene y coloca al ratoncito en un barquito de papel sobre una cubeta con agua, el niño empuja al barco soplando con un sorbete, coloca algunos muñecos de plástico entre el agua simulando enormes monstruos marinos, mientras el ratoncito se aferra al barquito de papel asustado por los movimientos intempestivos de la embarcación y las olas que se hacen gracias a los muñecos que el niño sumerge. Simón agarra un frasco con una tripulación de muñecos de plástico, simulando un original platillo volador, prende una linterna, alumbra al ratoncito, que se cubre la cabeza evitando la intensidad de la luz, mientras, el niño simula un rapto extraterrestre, guarda al ratoncito entre el frasco y se dirige a la mesa lo coloca sobre la fría superficie, se pone una camisa blanca de su papá y examina al ratoncito con un estetoscopio de juguete. El ratoncito intenta huir, pero Simón se lo lleva corriendo hacia la habitación de sus padres y salta sobre la cama tirando al ratoncito hacia el techo y atrapándolo. Al cabo de un rato el niño gracias a la ansiedad y la emoción de su nueva mascota, agotado se queda dormido sobre la cama con el ratoncito entre las manos. El ratoncito al fin logra escapar cuando el niño se relaja y huye de entre las manos del niño, aún mareado y agotado huye lentamente hacia los ductos, buscando cobijo y comida en el apartamento del anciano.
El ratoncito llega a la sala junto al retrato de Ofelia, y se detiene por las nauseas, no puede evitarlo y se vomita al lado del retrato. El anciano se percata de la presencia del ratón, se acerca, trae un trapo, limpia al ratón y la repisa y se lo lleva muy despacio hasta la cama improvisada y lo cubre.
- ¿Dónde te habías metido?- le pregunta Don José al ratoncito.
El anciano pone a hervir agua y prepara agua de panela, mientras el ratoncito se repone, el anciano le ofrece algo de líquido y miguitas de pan.
- Ay Ofelia, si nuestro pequeñín estuviera aquí- Don José suspira nostálgico.
El anciano acaricia el pelaje y las orejitas del ratón. Don José abre uno de los cajones de su mesita de noche, abre un cofre con su tesoro más preciado, el anillo de bodas de Ofelia, el anciano lo saca tembloroso por los recuerdos y la emoción que le trae tener la joya entre sus dedos, el anillo se escapa y cae al suelo rodando hasta uno de los ductos y desparece.
-¡Noooo!-grita lastimero el anciano.
Continuara...
Comentarios